Y ayer, que mis padres se sacan de la manga que vamos ir a Querétaro, y terminé en un bello lugar olvidado de Dios donde todavía hay cabinas telefónicas y a duras penas era territorio telcel. Mirabas hacia abajo del cerro y veías nubes. Por un momento pensé que había muerto, y mirar nubes abajo de ti era totalmente normal.
La neta es que si me muero y miro hacia abajo voy a ver lava y fuego y así. El cielo ya está muy lejos de mi alcance.
Bien, esto merece entonces un domingo doble. Uno muy pitero y corto porque tengo una investigación que hacer, y unas 300 páginas que leer y unos 7 reportes que redactar. Para ya. Let's go.
Un miércoles, salí del servicio con hambre. No atroz, pero es hambre y el hambre es hambre y hay que satisfacer. No sabíamos donde comer, pues la que más traía hambre era una amiga. O le parecía muy feo el lugar (lugar arrinconado frente al mercado dentro de una tienda de ropa) o muy fresa (frente a la biblioteca de arquitectura).
En fin que terminamos entrando a comprar tortas pulguini o algo así, porque nos dio hueva ir hasta la universidad central (estábamos como a 100 metros , pero hay que guardar energías para el invierno).
No estábamos seguros, pero dije “Ni modo, hay que conocer y si están muy malas, pues ya no volveremos”. La neta es que sí estaban muy malas y dudo volver algún día. Es más, hasta nos timaron porque ni llevaban milanesa. Putosh.
En fin, que comiendo nos agarramos a platicar, y como terminan siempre las pláticas “serias”, terminamos hablando sobre el narco.
Después saqué yo el tema del documental de “El Sicario”. Creo que muchos ya están familiarizados con él, sino, está en youtube. Enaltezcan sus informancias con el documental.
Al rato cambiamos a narcoliteratura, después a novela de asesinatos y después a asesinatos, simple y sencillamente.
Yo empecé a hablar sobre Pathology, la película (¡gracias Jugo!). Luego empezamos a hablar sobre lo genial que sería eso: cometer asesinatos.
Esto, en realidad, no es tan relevante, el punto es este:
La comida estaba muy malita, por eso no nos callábamos. Aunque después nos vimos obligados a admitirlo, pagar e irnos. Le dimos el dinero a Pepe. Él fue a pagar y regresó…
“Vi algo que no debí ver”
Explicó entonces: “Llegué a pagar al mostrador, y estaba sacando una pistola y detrás tenía una escopeta…” O_O
“¡¿Ya nos vamos, no?!”
“Sí. Vámonos.”
Siguiente. Bueno, un día estaba platicando y sacamos al aire de que una amiga debería agarrarle la nalga al que le gusta. Ella dijo: "¿Así?" Y zaz, que me pellizca una nalga.
Yo salté, puse cara de violación y dije "¡OYE! ¡ME PELLIZCÓ LA NALGA!"
Los demás se rieron, creyendo que era una broma. Generalmente hacemos bromas de ese tipo. Así que preguntaron que qué onda y les dije que me había pellizcado la nalga. Ella dijo: "Sí. Así." Y volvió a pellizcarme la nalga.
Eso me molestó, así que juré pellizcarle la nalga de regreso.
Una día después, en servicio social, nos estábamos preparando para ver una película (que nunca se vio). La amiga anterior se puso de rodillas sobre su silla, y yo me puse a pensar en pellizcarle el trasero. Fui muy lenta, y fui cuestionada por el hecho de verle el trasero. Damn. Así que grité:
"¡ES QUE ELLA ME PELLIZCÓ EL TRASERO AYER... DOS VECES... ¡SEGUIDAS!!"
Después se me ocurrió voltear más allá de donde estábamos, dos metros, un chavo estaba estudiando, sentado en la mesa, viendo y escuchando todo.
Su expresión: invaluable.
Tuvimos que disculparnos con él, sobra decir...
1 comentario:
Eres una bipolar...
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