Viejo pendejo.

El sábado pasado (razón por la cuál no le pude prestar la computadora a Kabán para que escribiera su post... ni siquiera miré su mensaje hasta el día siguiente) tuve que asistir a una comida de reunión de la Escuela donde mi tío estudió (la generación de mi tío, para ser más exacta).


Era en la hacienda de un tipo conocido, y llegamos EXTREMADAMENTE TEMPRANO. Llevábamos la comida, más vale. 
Además de llegar DOS HORAS temprano, los genios (y con eso me refiero a mis primos y tío) no calcularon bien el tiempo - digo, ¿una hora en CristoRey? common sense, people! - y llegaron DOS HORAS más tarde de los pre-visto. Ajá, esta pendeja estuvo esperando 4 horas. 


En fín, el lugar era una hacienda que había dejado de ser una hacienda decente desde su remodelación hacía poco menos de una década. El dueño nos dijo que la había comprado y la había remodelado, después de que mi mamá le chuleara el lugar. Mi mamá es bien fresa, siempre se quiso sentir la señora feudal. 


"Deberían ver la capilla", dijo el don. Y después de las insistencias sutiles de mi mamá, nos llevó hasta la capilla.


"Aquí abajo, había un hoyo. ¡Criptas! Bajabas por unas escaleras pero ya estaba todo viejísimo. Yo saqué todo, lo quemé, y luego rellené aquí. ¡Está bien bonito, verdad!"


o_O


¡¿QUEMÓ QUÉ?! GRANDÍSIMO HIJOEPUTA


Es sentido común, moral y cristiano que las reliquias (incluso si son muertos) se deben quedar en donde estén. No se mueven. No se tocan. Se aman con ternura y respeto. Se tocan con la memoria y el pensamiento.


NO SE SACAN Y SE QUEMAN PORQUE TU PINCHE Y PRECIOSA HACIENDA ES TUYA NOMÁS PORQUE LA COMPRASTE. Qué huevos, ¿no?


"Ojalá le jalen las patas." Dijo mi hermana, en ligero tono de broma.


Pues yo espero que sí le jalen las patas. Todavía que construyó una nueva hacienda encima, la pintó de colores pasteles, ¡hasta hizo un pinche gimnasio dentro! Sacrílego.


He dicho.